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sábado, 16 de enero de 2016

REUTILIZAR

¿OS ANIMÁIS A REUTILIZAR CONMIGO?

VAMOS A HACER EL JABÓN DE LA ABUELA

¿Sabéis que un litro de aceite usado tirado por el fregadero puede contaminar mil litros de agua?
Cada vez que esta sustancia llega a nuestras aguas, crea una película superficial que impide la entrada de luz y de oxígeno, impidiendo el desarrollo de la vida animal.

Así que ¿por qué no reutilizar ese aceite y convertirlo en algo útil?

Antes lo llevaba al punto limpio, pero desde que aprendí a hacer jabón, creo que es lo mejor que he podido hacer con este aceite. Y para evitar que mi familia lo tire por el fregadero, les pido que me lo guarden y a cambio les hago jabón. Salimos ganando todos.

Para realizar este jabón trabajaremos con un sobreengrasado en negativo, es decir, en lugar de quedar aceites libres (como ocurre con los jabones destinados a la piel), quedaría en este caso sosa libre, haciendo que el jabón sea más limpiador. 

El sobreengrasado negativo con el que yo trabajo es el -10%, para que así no me afecte a la piel. No es cuestión de arrasarnos las manos por limpiar mejor. Os aseguro que este sobreengrasado en negativo es más que suficiente para limpiar.

La receta que os voy a poner a continuación sería para 1.500 gr de jabón.

Jabón de la abuela con sobreengrasado -10%

1.   Agua destilada o mineral 373 gr
2.   Sosa 160 gr
3.   Aceite de oliva usado 1.000 gr

Pero antes de empezar, es muy importante que sigáis los siguientes consejos, pues vamos a trabajar con sosa y ésta, al contacto con la piel, quema:

- Ponerse gafas protectoras.
- Ponerse guantes.
- Ponerse mascarilla y trabajar en un sitio ventilado, para que los vapores no afecten nuestros pulmones.
- Ponerse ropa de manga larga y un delantal para proteger nuestra piel.
- Tener cerca una botella de vinagre por si aún así nos salpicara la legía (sosa + agua). Lavaríamos la zona con agua y luego echaríamos el vinagre. Es muy efectivo, lo sé por experiencia.

El procedimiento será el siguiente:

1.   Siempre es bueno haber filtrado antes el aceite para que no tenga ninguna impureza. Pero si tuviera mucho olor, podemos desodorizarlo; podemos ponerlo al fuego suave con algunas hierbas como laurel, clavo, manzanilla, lavanda, etc … y luego filtrarlo. Yo le pongo lavanda y huele genial.

2.   Debemos disolver la sosa, en el agua que tendremos fría o congelada previamente. SIEMPRE ECHAREMOS LA SOSA EN EL AGUA y no al revés. 
La mezcla de sosa y agua (llamada lejía) la dejaremos enfriar hasta que deje de estar turbia. Debería de estar a unos 60 ºC aproximadamente para que alcance la traza antes, cosa que cuando se utiliza solamente aceite de oliva puede tardar.

3.  Ahora verteremos la lejía sobre el aceite, nunca al revés, y mezclaremos ambos hasta alcanzar la traza, es decir, ese momento en que la mezcla presenta el aspecto de unas natillas ligeras. 
Yo normalmente uso la batidora para que la traza llegue antes, aunque si ponéis la lejía a la temperatura indicada, os bastará con remover con las varillas de mano.

4.   Ya está listo para enmoldar. Para ello podemos ponerlo en bandejas de plástico, taper o incluso briks de leche, puesto que es un jabón para casa y da igual que quede poco bonito. Luego lo cortaríamos a cuchillo y sin mucho esmero.
Abrigamos con una manta para que conserve el calor.

5.  Comprobaremos que nuestro jabón esté listo para cortar; al ser un jabón sólo con aceite de oliva lo deberemos cortar pasadas unas horas, aproximadamente 10-12 horas, aunque la mejor forma de saberlo es comprobarlo llegado ese tiempo y cuando veamos que está firme pero no duro, aún cuándo estuviera aún caliente. Si no lo hacemos así y tardamos más tiempo en cortarlo, el jabón se nos rompería en lascas.

Para cortar el jabón, nos debemos de poner guantes, pues todavía tiene el pH muy alto y podemos dañar la piel.

Los jabones se dejan curar de 4 a 6 semanas después de hechos.
Durante el tiempo de curación el jabón perderá el agua sobrante y para ello sólo es necesario dejarlo al aire y darle vueltas periódicamente para que se seque igual por todos lados.

Yo lo pongo a curar en cajas de rejilla de plástico apilables. Sí, de esas bajitas que se usan para las fresas. Antes las laváis bien, claro. Son super prácticas. El jabón respira muy bien. Y si no queréis que al jabón le entre polvo, lo tapáis con una tela de gasa.

Y ya tenemos nuestro jabón.

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